A través del cansancio extremo, el dolor, la soledad con el bebé nuestra percepción aumenta y podemos entrar en contacto con nuestras zonas oscuras. Estar horas en vela, dando el pecho, sosteniendo en brazos al bebé, nos acerca a nuestro Yo profundo, pudiendo vivir experiencias en las que nos damos cuenta de quién somos realmente y cuál es nuestro propósito vital. Es otra vía para conectar con nuestra espiritualidad, porque estar presente con nuestro bebé es una gran meditac