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El Perfeccionismo en los Trastornos de Alimentación

Existe dos rasgos de personalidad presentes en casi todas las pacientes con TCA: el elevado perfeccionismo y la necesidad de tener todo bajo control. Ambos rasgos están estrechamente relacionados.

El perfeccionismo consiste en un incesante deseo de hacer las cosas mejor, de superar las metas y ser mejores que los demás. Como esto no puede lograrse siempre, el sentimiento que produce es insatisfacción. El perfeccionismo se compone de fuerza de voluntad, constancia y necesidad de control.

Y esta autoexigencia mal entendida y desmedida esta detrás del trastorno de la alimentación.

Porque esforzarse buscando la perfección es posible, pero la perfección no es posible. La perfección es un ideal que nos ilumina el camino, pero no debemos llegar a tocar su luz, porque nos quemaremos. Sólo debemos ir en su búsqueda.

El perfeccionismo no es un rasgo negativo de la personalidad si está en su justa medida. Es un ideal deseable, pues nos impulsa. Pero deja de ser sano cuando en vez de ser un estímulo para vivir es un obstáculo que nos obliga a ponernos metas cada vez más altas e imposibles de saltar, y que nos conduce a la insatisfacción y a la baja autoestima.

Este rasgo de perfeccionismo se refleja en las pacientes de anorexia y bulimia con estas características:

–Pensamiento rígido. Se fijan en los detalles, teniendo problemas en ver la situación global

–Miedo a fallar, al cambio, a la inestabilidad.

–Miedo a las propias necesidades, por temor a que al satisfacerlas se llegue al descontrol.

–Pensamiento dicotómico. Pasan del blanco al negro, del todo al nada. (Si subo 200grs estoy gorda)

–Dificultad para tomar decisiones, porque les cuesta saber cuál es la decisión buena y cuál no. Creen que cometer un error es catastrófico, exagerando sus consecuencias.

– Exceso de autocontrol, que les dificulta actuar de manera espontánea. Tratan de controlar sus conductas, deseos y emociones.

-Elevado sentido del deber. Sus pensamientos y frases se suelen iniciar con “debería…”, “tendría que…”

-Hipervigilancia. Esto conduce a un alto grado de tensión interna que no les permite abandonarse al momento presente. Continuamente se observan, se juzgan y están muy pendiente de los demás.

-Frialdad emocional. De tanto mostrar su mejor cara (su máscara), llegan a anestesiarse. Temen tanto el descontrol emocional que congelan lo que sienten. Oscilan entre esta frialdad y el descontrol, puesto que pasan de un extremo al otro.

El perfeccionismo y los TCA van muy unidos, por ello para superar el trastorno es necesario aprender a soltarse, dejar de controlarlo todo.

¿Cómo?

  1. Aceptando y escuchando nuestras emociones, sin juzgarlas. Si escuchamos nuestros sentimientos estos no nos desbordarán. De esta manera podremos utilizarlos de forma productiva.

  2. Desbloqueando nuestra rigidez. ¿Qué siento ahora? Esa ha de ser nuestra pregunta más frecuente, en vez de ¿qué esperan de mí ahora?¿qué debería hacer?. Preguntarnos más qué queremos en vez de qué debemos hacer.

  3. Los errores nos enseñan. Equivocarnos y aprender de nuestros errores es la mejor forma de superación.

  4. Lo que nos fortalece es tomar nuestras propias decisiones, no hay decisiones “buenas” o “malas”, sino PROPIAS.

  5. Desarrollando nuestra espontaneidad. Improvisando, siendo creativos.

  6. Asumir poco a poco las “pérdidas necesarias”: es decir, abandonar los ideales utópicos que nos asfixian y oprimen de lo que no somos o no vamos a ser. Para poder avanzar en la vida de forma más auténtica.

  7. Apreciando el cambio, entendiendo el proceso de las cosas.

Ponte en contacto con nosotros en info@esenciadealquimia.es

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